Durante un operativo de control y seguimiento ambiental, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en conjunto con el grupo de Carabineros Soacha de la Policía Nacional, se pudo establecer que en la vereda La Chacua, en zona rural de este municipio, persiste el desarrollo de quemas a cielo abierto para la producción de carbón vegetal, lo que derivó en la suspensión inmediata de la actividad y en la captura en flagrancia de ocho personas.

Durante la diligencia practicada por profesionales de la dirección regional Soacha de la Corporación y la Policía, se identificaron ocho pilas activas en combustión de tamaño considerable con las cuales se estarían produciendo aproximadamente 98 metros cúbicos de carbón vegetal.

“Este proceso genera emisiones de gases contaminantes, partículas suspendidas y material particulado puesto que la materia prima utilizada corresponde a retazos de guacales, muebles abandonados, carretes de cable, retales de estiba y otros elementos de procedencia indeterminada que al contacto con el fuego puede ser peligroso tanto para el ambiente como para la salud de las personas”, afirmó César Augusto Rico, director Regional Soacha de la CAR.

El reporte de la CAR indicó que en este caso no se utilizó ningún tipo de procedimiento técnico para el desarrollo de la actividad y tampoco se aplicaron sistemas para el control de las emisiones por lo cual se desconocen los parámetros de funcionamiento de las fuentes de emisión.
De acuerdo con el informe técnico, las afectaciones más graves se producen sobre el recurso aire debido a la emanación de sustancias contaminantes como el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, dioxinas y furanos, hidrocarburos aromáticos policíclicos, partículas suspendidas totales (PST) y de material particulado MP, PM10.

Así mismo, se constató el compromiso del recurso suelo asociado a la inadecuada disposición de residuos provenientes de la actividad de producción de carbón vegetal en el área.
“El suelo orgánico se encuentra erosionado y sin vegetación, debido a la actividad directa de las camas de combustión para la obtención del carbón vegetal. Con las altas temperaturas alcanzadas durante la operación de los hornos, se evapora el agua que debería conservar la primera capa del suelo, disminuyendo las capacidades de este”, explicó Rico Mayorga.

La CAR reitera la invitación a la comunidad a denunciar este tipo de prácticas que, además de ilegales, son un riesgo para la salud de las personas toda vez que las sustancias que se desprenden de estas quemas a cielo abierto se dispersan por las zonas circundantes y, en muchos casos, afectan el sistema respiratorio, además de las mucosas y la piel.