Mis acciones, mis palabras, mis hechos, tienen que hablar por mí, tienen que dar testimonio de la grandeza del reino de los cielos.
Hay personas sufriendo que necesitan ánimo, que necesitan amor, escuchemos lo que están diciendo y estemos dispuestos a ayudar sin inconvenientes.
No perdamos el milagro del momento de hacer el bien siempre que haya alguna situación en donde se cruce en el camino una persona para bendecirla.